martes, 27 de septiembre de 2011

Un pequeño mensajito de última hora...con Oomph!

Saludos garrapiñados, bloggeros míos ^o^

Bueno, durante unos días notaréis unos cambios en el blog. No os sorprendáis: debo decir que soy una persona muy indecisa y en ocasiones bipolar, así que los cambios por aquí se sucederán bastante. Aun no sé qué diseño quiero ponerle al blog, pero poco a poco, la cosa irá tomando forma, ya veréis.
Además, ha comenzado ya el curso, por lo que tengo un lío relío entre deberes, cuadernos que organizar, y muchas cosas en la cabeza que deseo escribir y mostraros que no sé ni por dónde comenzar.



¡Gran grupo! :3 Os veo pronto con nuevo diseño, nueva novela y ganas renovadas de escribir :D

sábado, 17 de septiembre de 2011

Nuevo curso, nuevo proyecto ! -Prólogo-

¡Saludos otra vez, bloggeros!

Ya estamos a 17 de septiembre, para quienes viváis al norte, ya estaréis disfrutando del fresco, e incluso de lluvia, y quienes viváis al sur, como yo, bueno...crucemos los dedos juntos para que se refresque pronto la cosa T^T
Además, ha comenzado el curso, por lo que me he puesto las pilas también en eso de escribir. Voy a comenzar algo que llevaba ya bastante tiempo rumiando. No tiene título (ya sabéis, se admiten sugerencias ^-^), ni final concreto todavía, pero el terreno y los cimientos ya están preparados para empeLzar a construir algo bueno :D

Dicho esto, inauguro mi nueva novela! :DDDDDD

PRÓLOGO
Laura levantó la vista del suelo para mirar a su madre cuando ésta terminó de hablar. La observo durante medio segundo durante el cual un manto de lágrimas empañó su vista.
-¿Cómo...?-musitó de forma casi imperceptible.
Ambas se miraron a los ojos, y sin mediar palabra, se abrazaron fuertemente.
Laura lloró sobre el hombro de su madre como jamás lo había hecho. Sollozo en silencio, derramando mil lágrimas con pesadumbre, mientras recordaba. Rememoraba cosas, demasiadas cosas que ya no volvería a ver nunca más: sus ojos, su mirada pícara, su manera de chincharla continuamente, su parsimonia e incluso sus riñas; cosquillas en el sofá, momentos inolvidables en una playa asturiana, guiños que nadie más que ella recibía, infinitas bromas...
¿Cómo se había podido haber esfumado todo eso en tan poco tiempo?
De repente, sintió una mano sobre su hombro. Era su padre; el pobre, no veía su papel en todo aquello.
Elena, su madre, se separó de su hija con delicadeza y la miró. Laura advirtió que ella también lloraba.
-¿Quieres venir?-preguntó Elena dulcemente.
La chica no se lo pensó dos veces.
-Por supuesto.
A su espalda, notó la mirada de su padre clavada sobre su nuca.
-Ni hablar-sentenció-. No irás. Eres pequeña para eso.
Laura sintió algo que estallaba dentro de su ser. En repetidas veces durante toda su vida, Víctor, su padre le había reprimido e impedido ser como ella quería, hacer cosas que a ella le gustara, y arruinado oportunidades solo por anteponer sus sentimientos a los de ella.

Pero aquello había llegado demasiado lejos.

Se levantó de la cama de su habitación como si algo le hubiese pinchado. Se giró hacia Víctor y fijó la mirada en él, furiosa.
-¿Cómo has dicho...?
-No irás-repitió su padre imitando su tono de voz indignado, burlándose de ella.
-¡Iré!-¡Iré, te guste o no! ¡Quiero ir! ¡Debo ir! ¡Y lo sabes!
-Laura María Sánchez, no me grites...
-¡Cállate! ¡GRITO SI ME DA LA GANA! ¡Estoy harta de que todo se haga como tú quieras! ¡Me da igual tu opinión en esto, mañana estaré allí!
-¡Laura!
-¡¡Que te calles!!
Fuera de sí y roja de rabia,  se dio la vuelta y corrió fuera de la habitación a toda prisa. Sin pararse a pensar, abrió la puerta y tras dar un portazo tras de sí, descendió por las escaleras del edificio hasta la salida.
De pronto, paró en seco y observó el paseo marítimo. Era su momento preferido del día: el crepúsculo. El cielo era naranja, casi rojo, la gente paseaba tranquilamente, y solo unos pocos miraban más de un segundo a aquella chica de dieciséis años cuyo rostro estaba surcado por rastros de rímel y lágrimas.

Algo más tranquila, y sin dejar de llorar, pensó adonde podía ir. La respuesta estaba frente a ella. Comenzó a caminar con paso ligero hacia la playa, se quitó las sandalias al llegar y anduvo hasta la orilla para sentir el mar en sus pies. Se abrazó a sí misma y continuó sollozando allí, de pie, hasta que anocheció.

De pronto, sintió cómo alguien se acercaba a ella, y unos brazos muy familiares la rodeaban. Un aroma conocido la embriagó, y tan solo pudo continuar llorando abrazada a él.

Y la noche se llevó aquel triste día que jamás lograría borrar de su memoria.




lunes, 5 de septiembre de 2011

65 Aniversario del nacimiento de Freddie Mercury

¿Qué hay, bloggeros? Hoy ya es 5 de septiembre, poco a poco dejamos el verano atrás, con sentimientos entremezclados y contradictorios, y entramos en un lejano vientecillo que nos va trayendo un nuevo otoño en pequeñas dosis. Sí, se nota que me gusta esto, ¿verdad? Soy una de esas pocas personas que existen a las que no les gustan el calor, será eso de vivir al sur, 40 grados a la sombra son algo excesivos...

Pero hoy es algo más que eso. Hoy (además del cumpleaños de mi madre xD), es el 65 aniversario del nacimiento de Freddie Mercury. Si el SIDA no nos lo hubiera arrebatado un 24 de noviembre de 1991 (dos días después de anunciar públicamente que tenía la enfermedad), hoy podríamos verle celebrando su 65º cumpleaños haciendo lo que más le gustaba : cantar en un escenario.

Nacido en Zanzíbar (Tanzania) un 5 de septiembre de 1946, y bautizado como Farrokh Bulsara, emigró a América para formarse como cantante. Era famoso por conceder escasas entrevistas, casi ninguna, se consideraba tímido y era siempre modesto. ''Soy una prostituta musical'', decía entre risas, ''no sé, solo soy yo...simplemente, yo''.

Cuando le preguntaron cómo quería ser recordado tras morir, declaró: ''Estaré muerto, ¿a quién le importa? A mí no me importa''. Hoy, sin embargo, recordamos con tristeza su ausencia.

Ha sido una gran influencia para grupos como Muse, y lo seguirá siendo para futuros cantantes.

Gracias por darnos la oportunidad de escucharte, Freddie. Jamás te olvidaremos.




''Soy simplemente yo''.










Por eso me llaman Mr. Farenheit !