Celos. Celos, celos y más celos. ¿Por qué no puedes dejar de sentirlos? Amiga, ¿por qué nos envidiamos la una a la otra? Es esto sano? ¿Es bueno acaso? No... y sin embargo, ¿por qué no somos capaces de alegrarnos la una por la otra, yo de ti y tú de mí? ¿Por qué seguimos añorando lo ajeno? No podemos discutir por estas tonterías; No, te aprecio demasiado para detenerme por esta nimiedad.
Haré lo que sea por ti: sonreiré cuando desee llorar; hablaré alto y claro cuando trates de torturarme con tu silencio acusador; me levantaré cuando con tus palabras envenenadas me derrumbes; te abrazaré con fuerza cuando rechaces mi cariño, mi tacto.
Ante todo, no me rendiré. Estas emociones son humanas, cariño, nada más que humanas, no son culpa tuya, ni mía. No grites, baja la voz, todo se puede hablar. Sabes que podemos con esto, sabes que no sentimos realmente lo que nos decimos con maldad, sabes que nos queremos demasiado para esto.
Amiga... Deja que todo se arregle solo. Sonríe conmigo y dame la mano; cuéntame lo que sea, te escucho, al igual que tú a mí. No hay envidia, no hay celos, no hay inseguridad.
Para esa hermana que olvidaron darme... te quiero.
Hola.
ResponderEliminarMe encanta tu blog.
La foto es preciosa.
Te sigo.
http://itziar-street.blogspot.com/
muuaks :)
Hola Itziar ! Muchas gracias,yo también te sigo.
ResponderEliminarBesicos ^o^